Vamos, que hace un par de años alguien me dice que me hace un follow, así por las buenas, y lo más probable es que le hubiera soltado un improperio de los míos por grosero. Ahora ya os digo yo que no pienso lo mismo, pues no hay twittero que se precie, al que no le guste la palabra follow y lo que representa.
Twitter, estamos ante una de las redes sociales más importantes del mundo, usada por millones de personas. Yo admito que tardé un poco en descubrirla, pero a día de hoy, no puedo vivir sin ella. Se trata de un arma de comunicación brutal!! Y digo arma porque también conlleva peligro si no se sabe utilizar.
Empiezo el día con un café y Twitter, ambos son indispensables todas las mañanas. Una vez revisado mi TL (time line) ya puedo salir a la calle tranquila, sabiendo qué es y será noticia. Luego, si me apetece tener más detalles, pogo la radio o la televisión, pero el primer titular ya lo tengo.
Actualmente todos los medios de comunicación usan Twitter para anunciar sus exclusivas, los contenidos de sus informativos o de sus programas. Saben que a través de esta red pueden llegar a millones y millones de personas. Por qué?
Por los followers (seguidores), esos usuarios que, por el motivo que sea, han decidido seguirte y leer (o no) los comentarios que publicas. A estas personas también las siguen otros usuarios, que en muchos casos son distintos a los que te siguen a ti. Por lo tanto, si yo twitteo algo y uno de mis usuarios lo retwittea, ese mensaje habrá llegado, potencialmente, a mis seguidores y también a los suyos. Si los sumamos todos, os imagináis a cuánta gente puede llegar mi mensaje?
Eso sí, no todos los followers són iguales. Como en todo, hay de mejores y de peores, así que, a veces, puede primar la calidad por encima de la cantidad. Eso ya depende de cada usuario, es cuestión de gustos y de pretensiones.
Poco a poco voy descubriendo este inmenso mundo. Aún tengo dudas y me quedan muchas cosas por aprender, pero hay algo que tengo muy claro… Si no estás en Twitter, no eres nadie. Me sigues?
Sonrisas sin lágrimas 